Proyector de alta gama JVC DLA-NX9
La japonesa JVC se ha convertido en la referencia en proyectores para Cine en Casa gracias a las prestaciones de sus aparatos, siempre en vanguardia, y a una gama lo bastante amplia como para que puedan estar al alcance de todos los presupuestos a partir de cierto nivel.
Esa gama comprende actualmente los modelos JVC DLA-N5B (la "compra maestra" de JVC), DLA-N5B y el tope de gama DLA-NX9B si hacemos excepción del modelo láser DLA-Z1. El factor diferencial de todos ellos respecto de sus competidores es la tecnología propia de JVC: los paneles D-ILA capaces de ofrecer colores y contraste mejores que los proyectores DLP y una suavidad y naturalidad mejor que los LCD. Todos los JVC actuales montan la última generación de sus paneles (tres) en versión 4K (4096 x 2160 píxeles) y tamaño 0'69 pulgadas pero progresivamente va aumentando tanto la luminosidad como el contraste de que son capaces.
Cambia entre ellos las posibilidades de la electrónica de control, lo que incluye los ajustes y "autoajustes" como veremos, y también la óptica de proyección. Los modelos 5 y 7 montan una óptica de 65 mm de diámetro con 17 elementos ópticos en 15 grupos, mientras que el tope de gama NX9B monta una óptica superior de 100 mm de diámetro con 18 elementos en 16 grupos. Además este NX9 es capaz de mejorar la resolución proyectada más allá de los 4K nativos gracias a la tecnología e-Shift hasta unos 8K virtuales que mejoran la fluidez en las pantallas más grandes.
Aprovechando la llegada de un JVC DLA-NX9B a la tienda aprovechamos para revisar sus cualidades más destacadas.
Proyector JVC DLA-NX9B
Con permiso del modelo láser Z1 el DLA-NX9B es el tope de gama de los proyectores JVC. Ofrece hasta 2200 lúmenes y un contraste nativo de 100.000:1 (que se convierte en la práctica hasta en 1.000.000:1 de contraste dinámico), y cuenta con certificación THX 4K. La óptica llama la atención por encima de todo, dado que el chasis básico es el mismo en los tres modelos, pero esa abertura frontal mayor y el brillo del cristal usado ya son una primera justificación de su superior precio.
En cuanto a la importantísima electrónica de control, más allá de las siglas este proyector cuenta con algunas funciones que merecen ser explicadas porque en la práctica se muestran un factor diferencial esencial. En particular, el "Frame Adapt HDR" incluye el "Theater Optimizer": al activarlo, nos permite indicar el nivel de optimización y, sobre todo, el tamaño de pantalla que usaremos y no menos importante el tipo de pantalla (su reflectividad o "ganancia"). Es algo de lo que también disponen los modelos inferiores (N7 y N5) y que sorprende no sea más general. Así el proyector "sabe" cómo debe ajustar las imágenes HDR para conseguir los mejores efectos (luminosidad y contraste entre otras cosas) en función de la pantalla a la que está, precisamente, proyectando. En nuestro caso era la pantalla principal de la tienda, de 180 pulgadas (4 metros de ancho en panorámica) y ganancia 1,0.
Con los ajustes preparados pudimos repasar varias escenas conocidas para confirmar la soberbia calidad de imagen del JVC DLA-NX9B, que también puso de relieve lo alto que apunta su hermano pequeño (N5B), habitualmente en demostración permanente en la tienda y por lo tanto bien conocido. Pero entre su mejor óptica, el toque del e-Shift (hacia 8K aunque con imágenes nativas 4K) y sus prestaciones superiores, las sensaciones eran aún más entusiasmantes.
Notables las tremendas escenas de "Kong vs Gozdilla" donde se puede apreciar el excelente trabajo de texturas (artificiales claro) de los monstruos pero también el nivel de detalle en segundo plano de edificios, barcos, etcétera... y ese contraste "tan JVC" que da tridimensionalidad a las escenas. Muy diferente estilo, pero igualmente impresionante gracias al soberbio trabajo de remasterizado, "Lawrence de Arabia" ofrecía imágenes tan realistas que parecía que estábamos en el desierto con ellos. O que podíamos tocar las costuras de sus trajes, incluso sacudirles el polvo que se les quedaba pegado y que se apreciaba tan perfectamente. Todo ello con una naturalidad de colores y suavidad de imagen excelente. Otro clásico: "Jaws" ("Tiburón") se mostraba en un esplendor que dejaría boquiabierto y más que satisfecho a cualquier aficionado al cine... Y es que, el cine en casa, para que sea "cine" de verdad, debe ser visto ne pantalla grande y mejor con un proyector de las capacidades de los JVC.